QUERIDA NATALIE...

Esta brillante estrella nació el nueve de junio de 1981 en Jerusalén, Israel, bajo el nombre de Natalie Hershlang. Tres años después de su nacimiento emigra con sus padres a EEUU, estableciéndose en New York.

A sus 24 años es una de las más potentes actrices de Hollywood, y prueba de ello son las diecinueve películas que lleva a sus espaldas, las incontables ceremonias de entrega de premios en las que entrega y recoge galardones, y sus trabajos con directores de la talla de Mike Nichols, Anthony Minguella, George Lucas o Tim Burton.

Debutando a los trece años como Mathilda en la película “León”, del director francés Luc Besson, su carrera ha sido tan abundante como exitosa. Actualmente podemos verla en cartelera en películas como “Closer” (bailarina de streeptesse) o Star Wars Episodio III (Padmé Amidala), ambas con actuaciones que desde luego no defraudan.

Pero además de ser una excelente e intachable actriz, no tiene la cabeza hueca. Una prueba de esto es que, aun a riesgo de echar por tierra su carrera, decidió matricularse en Harvard en la licenciatura de Psicología: “Espero llegar a ser más inteligente que una movie star”. Así, pasó como una estudiante más su época universitaria, viviendo con unas compañeras en un piso y estudiando hasta licenciarse. Una vez terminada la carrera Natalie tiene muchos proyectos: “Me fascina la interpretación, pero quiero seguir haciendo otro tipo de cosas que hagan interesante mi vida, no sólo a través de mis personajes. Hay muchas cosas que me gustaría explorar y conocer. Siempre reservo tiempo para mí, sólo ruedo una o dos películas al año. Soy una mujer muy, muy afortunada porque tengo un trabajo maravilloso que me permite mucho tiempo libre para leer, vivir, viajar y conocer otras culturas”.

De acuerdo con sus declaraciones, para ella lo más importante es lo que se lleva por dentro y mucho más en el intelecto. Quizá por esto evita a toda costa hacer declaraciones de su vida privada, le huye a la prensa amarillista y tiene una vida tranquila.

Mujer de principios, tiene claros sus objetivos en la vida y no pretende demostrar nada a nadie. A propósito de esto, en cuanto a su papel como modelo juvenil responde: “No quiero ser modelo de nadie, sería muy pretencioso por mi parte y me provocaría una gran presión. Uno debe estar contento con su propia imagen, saber lo que busca en la vida y realizarlo”.

Este encanto de muchacha se siente orgullosa de “dar rienda suelta a mi imaginación, de tener la oportunidad de buscar respuesta a las preguntas que alimentan mi existencia”.

Visiblemente optimista, esta actriz ha demostrado una y otra vez que es una joya tanto como persona como profesional. Solo nos queda esperar a su próximo éxito filmográfico que, continuando con su trayectoria, seguramente no defraudará.